Acuerdos como forma de vida

En otro artículo hablábamos de Sinergia, de reunirnos con otro (u otros) para generar un valor extra y poder dar un servicio u ofrecer un producto diferencial.

Bueno, en este caso los “acuerdos” casi que se explican solos, ¿o no? A veces cuesta salir a buscar un coequiper con quien tengamos la confianza suficiente como para compartir una idea o un proyecto y sepamos que no sólo no nos van a robar la idea sino que vamos a poder trabajar juntos, uniendo esfuerzos.

Muchos pensarán en conceptos como cadenas de valor extendidas, combos de productos pertenecientes a diferentes marcas a través de alianzas estratégicas, asociaciones, convenios, redes, alianzas, uniones por negocio o por objetivo.

Los más experimentados en estos temas y que vayan un poco más allá, tal vez usen el concepto de clusters, que son básicamente conglomerados de empresas en regiones, que apuntan a la diversidad para obtener ventajas competitivas.

En la actualidad, para poder cumplir con la exigencia de los compradores, consumidores y clientes, teniendo en cuenta que estos, son tres conceptos diferenciados (que podemos desarrollar en otro artículo dada su complejidad), es necesario ofrecer ese valor agregado del cual hablan tantas organizaciones, pero muchas quedan en el intento.

Se sabe que el hombre necesita de la sociedad y que la sociedad necesita de sus habilidades para desarrollarse, por esto es que los hombres no pueden estar solos para desarrollarse; bueno, ¡las organizaciones tampoco!

Este concepto ya tiene unos cuantos años, pero hay gente que aun se niega a verlo. Si quieren verlo como cooperación o ayuda, esta bien, en definitiva: ¡es eso, y más también!

Al fin de cuentas, ¿que son las asociaciones o acuerdos a los que apuntamos? Ni más ni menos que relaciones.

Les cito algunos, así dejamos la teoría a un lado y pasamos a la practicidad y funcionalidad de este concepto:

Una heladería -comercio estacional- asociada a un servicio de catering; un restaurant de fast-food con una fabrica de juguetes; empresas de viajes con hoteles, cremas con centros de belleza, un gimnasio con una obra social, una fabrica de automóviles con marcas de ropa, relojes con anteojos, revistas que incluyen productos, ropa con relojes, (nuevamente) otra heladería con una casa de electrodomésticos, por enunciar solo algunos de los cientos de miles que existen.